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Para ir abriendo boca…

Es el cuarto deporte más practicado en España, sólo superado por la natación, el ciclismo y el fútbol, según revela el Anuario del Deporte 2013. Así que, con estos datos en la mano, puede afirmarse que correr está de moda. Por múltiples motivos. Mejora la condición física de quien practica esta modalidad deportiva. Y también lo que se conoce como ‘salud mental’: el running libera adrenalina y, por lo tanto, fomenta la relajación y ayuda a combatir el estrés. Es un deporte eficiente (por lo que a la ‘quema’ de calorías se refiere: hasta unas mil por hora) y barato: puede hacerse en cualquier lugar. Además, es un buen aliado para mejorar la autoestima porque incita a la superación personal.   

Podría decirse que existe una auténtica ‘fiebre’ por el running. La modalidad gana adeptos día a día, aunque los múltiples alicientes que lleva consigo el running, y que están detrás de este incremento exponencial de corredores y corredoras, no debe ser óbice para practicarlo ‘sin cabeza’. 

Por ello dedicamos el
post de esta semana a todos aquellos factores que deben tenerse en cuenta antes de sumergirse en el ‘boom del running’. Para que correr sea, con garantía absoluta, un deporte que sólo te reporte beneficios. 

Antes de empezar con el listado de consejos, os proponemos otro vídeo sobre el ‘fenómeno running’. Fue emitido el pasado mes de enero dentro del programa Comando Actualidad, de TVE, dedicado al ‘Culto al cuerpo’. Tiene una duración de 12’44» y analiza los motivos por los que la gente «se engancha» a este deporte. Aquí tenéis el enlace
 
canariasgrafica.es

‘CHEQUEA’ TU SALUD 

Si tu objetivo es sumergirte en esta modalidad deportiva y empezar a entrenar con regularidad, lo más recomendable es someterte a un chequeo médico para confirmar que tu estado de forma es óptimo para sumarte al running sin riesgos para tu salud, especialmente si no estás practicando ningún otro tipo de actividad cardiovascular. Una analítica completa, un estudio cardiovascular y respiratorio y una prueba de esfuerzo te ayudarán a conocer tus límites, a evitar lesiones, a saber cuáles son tus metas y a disfrutar, realmente, del entrenamiento diario. Sin riesgos. Sin sobresaltos. 
 
DISCIPLINA. CONSTANCIA. TESÓN. 
Los gimnasios se llenan en los días posteriores a la Navidad, para tratar de eliminar del cuerpo los excesos cometidos; y también en las semanas previas al verano (por todos es conocida la ‘Operación Biquini’), pero pronto se apean de sus filas quienes olvidaron demasiado pronto sus propósitos de año nuevo. Y eso que para ir a un gimnasio hay que rascarse el bolsillo. En el running, una modalidad ‘gratuita’, el riesgo de abandono se multiplica. Entre otras cosas porque la presión de ‘pasar por caja’ no existe, no hay ‘amortizar la inversión’. Así que la convicción y la disciplina son la base y la garantía de continuidad en este deporte. 
 
Busca el mejor horario para entrenar, e incorpóralo a tu rutina diaria. Deja a un lado la pereza y la falta de ganas y, mientras te calzas las deportivas, piensa siempre en los beneficios que va a reportarte la sesión.
Correr en compañía es un aliciente, pero no ha de convertirse en el factor imprescindible para salir. Correr en solitario puede transformarse también en una experiencia realmente satisfactoria. Así ya no hay excusas.
CÓMO HAN DE SER LAS PRIMERAS SESIONES 
Si el running es tu elección para retomar la actividad física que guardabas en el cajón; si el running es tu apuesta para reencontrarte con el deporte y si quieres que el running pase a formar parte de tu rutina y se convierta en un ‘punto positivo’ para tu salud física y mental, no abuses. No te quemes a la primera de cambio con sesiones imposibles que, con toda probabilidad, se convertirán en una pesadilla.
Dos o tres sesiones semanales son más que suficientes al principio. Y en cuanto a la duración de las mismas, no deberían exceder los 20 minutos las primeras jornadas, para evitar frustraciones y, por lo tanto, abandonos.
Intercala durante el entrenamiento periodos andando y periodos ‘a trote’ (de unos 2-3 minutos cada uno, por ejemplo) y haz repeticiones que te permitan completar esos 20 minutos de ejercicio iniciales. Una vez ‘interiorizado’ el reto, amplía progresivamente la duración de las sesiones, y reduce a su vez el tiempo que dedicas a caminar, potenciando así el que pasas corriendo.
Jasp.bitacoras.com

‘SONDEA’ EL TERRENO

Una de las claves a la hora de entrenar es la superficie por la que vamos a hacerlo. La mejor opción es la que reúna las siguientes características: que el terreno sea llano, firme, sin obstáculos que rompan la continuidad del ejercicio y que ayude a amortiguar el impacto de la pisada para evitar lesiones en las rodillas. Las alternativas son múltiples, y no todas cumplen los requisitos recomendables. Aquí te dejamos con algunas, para que valores pros y contras:
  • Hierba: es una de las superficies más recomendables para correr, aunque no la más fácil de encontrar. Al ser blanda, resulta cómoda para las articulaciones, actúa como amortiguador y evita lesiones.
  • Tierra: si es regular y compactada, resulta una buena opción para el running.
  • Asfalto: el running gana adeptos de manera especial entre los ‘urbanitas’, y en las ciudades si hay algo que predomina es el asfalto. Muchos eligen este terreno, aunque no es el más recomendable, por su dureza. El efecto ‘colchón’ en este caso se diluye.
  • Playa: siempre por la zona de la orilla, con calzado y cuando el desnivel o la inclinación no sean excesivas.
  • Pistas de atletismo: no son tan duras como el asfalto, pero aun así no resultan recomendables para practicar en ellas las sesiones de entrenamiento de manera habitual.
Brooks Glycerin 10.

EQUIPA TUS PIES ‘CON CABEZA’

Cuida tu calzado, y elige bien. Opta por un modelo cómodo, flexible y con amortiguación (una recomendación son las Brooks Cascadia 7 Hombre o las Brooks Glycerin 10, ambas con DNA en la suela). Unas zapatillas específicas para running son garantía para evitar lesiones futuras en rodillas, piernas, caderas e incluso espalda.
Y recuerda que no son eternas. Los fabricantes insisten en que las zapatillas de running tienen fecha de caducidad, también las de los corredores novatos. Lo óptimo es cambiarlas cada 800-1.000 kilómetros. Un ejemplo más fácil de medir: si tu entrenamiento es de tres días a la semana, cambia tus zapatillas pasados 9 meses.
Te dejamos con los modelos de calzado de running, para hombre y para mujer, disponibles en nuestra tienda Shed Marks, especializada en equipamiento deportivo.
CALIENTA, ENTRENA Y, POR ÚLTIMO, RECUPERA
Por este orden. Running ‘a lo loco’, no. Con cabeza, sí. Y para hacerlo con cabeza, antes de calzarte las zapatillas, cerrar de la puerta de casa y salir a correr, hay que calentar. Además, una vez concluido el entrenamiento propiamente dicho, no hay que dejar de lado la fase de recuperación, que implica no cesar de golpe la actividad física y llevar a cabo sesiones de estiramientos. Una media de 10 minutos para calentar y otros 10 minutos para estirar es suficiente.
OBJETIVOS, SIN OBSESIONES
El running es un deporte de superación personal, y marcarse objetivos es un aliciente para seguir corriendo. Eso sí: fíjate metas realistas, que no eclipsen –por excesivamente ambiciosas- la placentera experiencia de salir a correr. Sólo así se convertirá en algo duradero.