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Un deporte individual y de resistencia. Son las dos características que definen el triatlón, una práctica deportiva que aúna la natación, el ciclismo y el atletismo y que, hoy por hoy, es de las más duras del panorama competitivo internacional. 
Una leyenda popular sitúa el origen del triatlón en la apuesta que unos marines estadounidenses hicieron en 1978 en Hawai. Querían averiguar qué deporte, de las tres disciplinas que más tarde se fundirían en el hoy conocido como triatlón, era la más completa. 
No obstante, dentro del triatlón hay diferencias. Categorías. Subgrupos. Y ahí, entre ellos, está el ‘Ironman’, o triatlón de larga distancia. Es la prueba más exigente del triatlón. Consta de 3,86 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y 42,2 kilómetros de maratón y tiene un tiempo límite de 17 horas. Un límite del que se alejan, por mucho y a la baja, sus mejores exponentes. 
Pero al margen de las marcas a su llegada a meta, quienes practican esta modalidad deportiva tienen un denominador común: la constancia y un severo calendario de entrenamientos. Lo sabe bien Enric Vicente Andrés. Tiene 50 años, vive en Olesa (Barcelona) y desde hace ocho años practica el triatlón de larga distancia. Asegura que el tesón y el compromiso son las claves para poder afrontar un ‘Ironman’. El equipo de Shed Marks, nuestra tienda especializada en equipamiento de montaña ubicada en Vilafrancia del Cid (Castellón), ha tenido la oportunidad de hablar con él. Enric conoce bien esta localidad castellonense. Le une un vínculo especial con ella. De aquí desciende su familia materna y aquí ha pasado, y sigue pasando, sus veranos. Veranos no exentos, eso sí, de intensos entrenamientos. Un esfuerzo que da resultados, aunque eso no sea lo que más le importe. Ha quedado sexto en el Campeonato de España por grupo de edad. Su marca: 1h35′ (nado), 5h53′ (bici) y 4h12′ (maratón).
Os dejamos con la entrevista a Enric Vicente Andrés, corredor de ‘Ironman’, que centra el ‘post’ de esta semana. 
 
 

 

Enric Vicente Andrés.

 

 

“El triatlón de larga distancia es un compromiso, una manera de vivir. A mí me hace feliz”

 

-El ‘Ironman’ es la prueba más exigente del triatlón. ¿Es también la más dura del ámbito deportivo?
La prueba deportiva más dura no, pero sí la más dura en el ámbito deportivo con un solo día de duración. Por la cantidad de kilómetros que haces en cualquiera de los tres segmentos y por el tiempo en el que transcurre. Los mejores del mundo tienen su marca por debajo de las nueve horas.

-¿Cómo se entrena un deportista para afrontar este tipo de pruebas? Hace falta constancia. Lo del triatlón de larga distancia es un compromiso, una manera de vivir. Adquieres el compromiso de entrenar y de prepararte y a mí me va bien porque me hace feliz. En mi caso es un compromiso fácil de llevar.
-¿Entrenas a diario?
Por supuesto, seis días a la semana y el séptimo día, que en mi caso es el sábado, descanso. El sábado soy árbitro de fútbol, pero como la intensidad aquí es distinta es como mi jornada de descanso. 
-¿Cómo te preparas? 
De lunes a vienes entreno dos horas diarias y los domingos de tres a cinco horas. Los lunes, miércoles y viernes nado una hora y corro otra; los martes y jueves practico dos horas de bici, y los domingos hago tres horas en bici y una hora corriendo. Este día realizo la transición, el cambio de un deporte a otro. Eso es importante, porque las exigencias musculares de los distintos órganos son diferentes según la disciplina deportiva que lleves a cabo. 
-Tu infancia ha estado ligada a Vilafranca (Castellón). Allí pasaste muchos veranos, y sigues haciéndolo en la actualidad. ¿Es un buen terreno para entrenar? 
Sí, es perfecto. Tiene sus salvedades, porque es bastante irregular; en Olesa es todo más llano, pero sí, es un buen terreno. Al menos cuando voy yo, que hace buen tiempo. En invierno igual es muy complicado…

El día de la competición debes usar la inteligencia para saber dosificar el esfuerzo en cada fase; tienes que tener claro quién eres, lo que vales y lo que puedes aportar

-¿Cuándo te inicias en el triatlón de larga distancia y por qué? 
Empecé en el año 2005 y por una promesa. Me lesioné, hacía atletismo, mucho, tuve una lesión, los médicos me dijeron que tenía que pasar por quirófano. Tenía y sigo teniendo un fisioterapeuta en el que confío mucho y me dijo que él me curaba pero que a cambio tenía que hacer un triatlón. Y me curó. No tuve que pasar por quirófano, así que me compré una bici, un neopreno, y participé en mi primer triatlón. Fue en l’Escala (Girona), salió como salió… (risas) pero ya le vi algo a este deporte. Me gustó. Poco a poco empecé a disfrutar con él. La metamorfosis ha sido tal que yo ahora hago deporte simplemente porque disfruto, porque soy feliz. No me importa ganar.
-¿Qué material necesita un ‘Ironman’? 
Muchísimo. El que haga triatlón de larga distancia ha de comprarse un traje de neopreno, por razones de temperatura, seguridad y comodidad. Es algo que te exigen para no tener problemas de hipotermia. También hacen falta dos bicicletas, una de contrarreloj para las pruebas de larga distancia y otra para entrenar; y todo lo que conlleva la práctica de ciclismo (casco, zapatillas, etc). Y por último todo lo necesario para correr: por supuesto, un calzado adecuado. En triatlón existe un traje único, el ‘top triatlón’, es un dos piezas, ropa de un material especial que se seca enseguida cuando sales del agua, por lo que cuando te subes a la bici no llegas a coger frío.
-Es una disciplina que cuesta dinero… 
Es cara, pero no costosa, porque lo haces a gusto. Pero sí, además de todo el material que necesitas, está el precio de la inscripción en las pruebas. Una carrera popular cuesta entre 20 y 40 euros, y mi último triatlón casi 400 euros. Tiene su lógica, por la gran cantidad de medios y recursos que se ponen en marcha para garantizar la seguridad de los deportistas: movilizan lanchas acuáticas y en algunas hasta helicópteros para las fases a nado; y hay que cortar carreteras al tráfico para los tramos de bici. Eso cuesta mucho dinero. Además la infraestructura que monta la organización para habilitar vestuarios y lugares donde poder guardar todo el material es impresionante. Ha de ser así.
-Al margen del material y la preparación física, ¿es importante también otro tipo de preparación, como la mental? 
Es básico tener la cabeza bien puesta, sobre todo el día de la carrera. También en los entrenamientos. Tengas ganas o no has de entrenar, salvo que estés enfermo o lesionado. Afrontando lluvia, calor, frío o viento. Eso mentalmente te hace fuerte… Durante meses, antes de la prueba, sufres las inclemencias del tiempo y trabas personales, no siempre te apetece madrugar para coger la bici. Por eso dicen que el reto de un ‘Ironman’ es estar en la línea de salida. El hecho de pensar: “Me he inscrito porque me veo capacitado”, ya es un auténtico reto. Lo único que haces en la carrera es conseguir el premio por haber llegado hasta allí. Pero sí, la preparación mental es fundamental. Imagínate la de veces que se te pasa por la cabeza abandonar la carrera, por el frío, los calambres o porque tienes hambre. Y en esos momentos juega un factor importante la mente. Has de saber que son obstáculos temporales y que si aguantas lo consigues. La cabeza juega un factor del 50 por ciento el día de la competición. Tienes que usar la inteligencia para saber qué dosis de esfuerzo has de invertir en cada disciplina, saber quién eres, lo que vales y lo que puedes aportar. Sin racanear, porque si no no consigues el objetivo.
-¿Es una disciplina deportiva para unos pocos o cualquiera, con esfuerzo y tenacidad, puede llevarla a cabo? 
Claro que es asequible para cualquiera que se lo proponga, pero pagando un precio: entrenarse. Es un deporte serio y requiere un compromiso. La prueba la tienes en mí, no soy nada del otro mundo y aquí estoy (risas).

Las triatletas consiguen muy buenos resultados; son más resistentes, tienen más capacidad para aguantar el sufrimiento y el dolor

-Entonces, aunque el nombre de la prueba apunte a lo contrario, no es un deporte reservado a ‘súper hombres’… 
‘Ironman’ es el nombre más famoso con el que se identifica al triatlón de larga distancia. Pero no, no es para ‘súper hombres’, es una prueba para cualquiera que esté dispuesto a hacer un sacrificio.
-¿Hay muchas mujeres que la practican o es un mundo con mayoría masculina? 
Hay más hombres que mujeres, como desgraciadamente lo es todo el deporte…. Supongo que por la sociedad en la que hemos vivido. Pero las mujeres que practican triatlón de larga distancia son muchas más, proporcionalmente, que las que hay en otras disciplinas como el atletismo y sus resultados son buenísimos. Será porque la mujer es más resistente y tiene más capacidad para aguantar el sufrimiento y el dolor. El hombre está más desencajado cuando llega a la meta y a la mujer la ves más íntegra. De hecho en el último triatlón corrí con una compañera mía. Acabamos la prueba con veinte minutos de diferencia. Recuerdo cómo entró ella y cómo lo hice yo… Estaba mucho más íntegra.
-Fuiste sexto de tu grupo de edad en el Campeonato de España. ¿Cuáles son tus próximos objetivos? 
Hacer en mayo el ‘Ironcat’, que se hace aquí en Cataluña, y quizás en julio desplazarme a Vitoria. Además este invierno quiero hacer tres o cuatro carreras de atletismo para mantenerme en forma, para medirme, para entrenarme. No hay que marcarse más de dos pruebas de triatlón de larga distancia al año. De hecho, si te marcas dos retos es, normalmente, por si te falla el primero.