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Si La Gioconda hubiese nacido unos siglos más tarde, habría llevado unas Oakley…
 
Las hay para hombre y para mujer. Personalizadas, polarizadas, deportivas, de calle… Oakley es de las pocas marcas de gafas de sol que hace línea deportiva y urbana. Una ‘doble’ vertiente a la que suma otro atractivo: todos sus modelos son de gama alta por la calidad que ofrecen sus cristales. Motivos más que de sobra para que todo el mundo quiera unas Oakley. Quienes las tienen ya en su poder, como María, del staff de nuestra tienda, Shed Marks, lo tienen claro: “No llevas unas gafas de sol, llevas unas Oakley; un modelo que va ligado a calidad, a gama alta… Yo no quiero unas gafas de sol, quiero unas Oakley”, remata. 
 
Esta frase resume el sentir de las miles y miles de personas de todo el mundo que han sucumbido a los encantos de las gafas fabricadas por la marca americana. A ellas –y a todo lo que las hace diferentes al resto- dedicamos el post de esta semana… Y como nos gusta hacer un poco de historia antes de entrar en materia, ¡allá vamos! Y es que el origen de las Oakley, por atípico, evidenciaba ya hace más de tres décadas la singularidad de este modelo único. 

 
300 dólares de inversión y una idea clara: superar a la competencia 
Para abrir boca, os dejamos con este vídeo (en inglés y de algo más de cuatro minutos de duración) sobre los orígenes de la marca, y de sus más que afamadas lentes. 
 
 
 
Con 300 dólares y una idea clara: crear productos cuyos resultados y apariencia superaran a los de la competencia. Así nació Oakley. Una marca que hoy se identifica con diseño, calidad e innovación tecnológica. 
 
El artífice del ‘milagro’: Jim Jannard. Un científico estadounidense que, en 1975, decidió convertir su garaje en un laboratorio para empezar a experimentar. De él emergieron los inventos que poco después catapultarían a la cima del éxito a su firma, bautizada como Oakley, en homenaje a su perro. Tras el éxito obtenido con el diseño de un nuevo tipo de mango para motocicletas, Jannard se abrió a nuevas conquistas, y poco después llegó la revolución, en forma de un nuevo modelo de gafas de sol, las O Frame (1980). Creadas para uso deportivo, su lente curvada y su arco cilíndrico proporcionaban un campo de visión periférica sin comparación hasta la fecha. Aquel modelo no tardó en sumar adeptos: profesionales como Mark Barnett, Marty Smith, Johnny O‘Mara y Jeff Ward alabaron, y defendieron, su claridad y su amplia visión periférica. Con ellos como cara visible -y que plasman los dos anuncios que os mostramos más abajo- las ventas se multiplicaron. 

El piloto Mark Barnett.
Johnny O’Mara, con unas Oakley.

Jim Jannard quería reinventar las gafas de sol para el deporte, y lo había conseguido. Pero su incorformismo le llevó a encerrarse de nuevo en su laboratorio con el único reto de perfeccionar las ya exitosas O Frame. Fruto de este paso más nacieron las Eyeshades. Por ellas apostó el ganador del Tour de Francia Greg Lemond. El salto al éxito y al reconocimiento internacional estaba ya más que asegurado. Hoy las gafas de sol Oakley ya no son de uso exclusivo para deportistas. Han derivado también en diseños urbanos que, aunque igualmente aptos para la práctica deportiva, han logrado ampliar el círculo de fans de la marca. 

 

 
 

Fusión de ciencia y arte: ¿Por qué triunfan las Oakley? 
El éxito de las Oakley radica en muchos frentes. El primero, la línea curvada-cilíndrica y lo prácticas que resultan para los deportistas –precisamente esa forma curvada garantiza una visión periférica de calidad y protege los ojos del viento y la luz-. Como ejemplo, desde Shed Marks te proponemos las Vika Polarizadas, recomendadas para ciclismo, montaña y atletismo. 

 
Segundo punto a favor: el hecho de que incorporen también líneas más urbanas –lo que amplía el abanico de clientes-. Y tercero y último: los colores vistosos de sus monturas y cristales –el ‘rollito surfero’ de sus diseños street style resulta irresistible-. Y todo bajo el paraguas de la calidad. Lujo en estado puro para vestir tus ojos. 
 
Oakley es además sinónimo de ciencia, de tecnología. Y para muestra, varios botones. 
  • La HDO (alta definición) de Oakley no tiene comparación. Aporta más claridad, más definición, y permite ver las cosas como son, sin alteraciones de la imagen. Incluyen la mejor tecnología óptica polarizada del planeta (son capaces de bloquear el resplandor que generan superficies llanas como el agua o el pavimento; aportan una claridad sin precedentes). Además los colores de las lentes mejoran la percepción de la profundidad y transmiten la luz de una forma equilibrada. 
  • Filtrado total. Plutonite® filtra un 100% de todos los rayos UVA, UVB y UVC; la protección está integrada, no se trata de una capa protectora que se pueda desgastar; y además los contornos de las lentes ayudan a bloquear los rayos ultravioleta tanto en la parte superior como en los laterales. 
  • Oakley se ha asociado a Transitions Optical, Inc. para crear unas lentes que se oscurezcan y se iluminen automáticamente. La tecnología fotocromática deriva en lentes que resisten los cambios de luz. 
  • Las lentes Oakley incorporan una tecnología que ofrece máxima resistencia al impacto tanto de objetos pesados a baja velocidad como de objetos ligeros a alta velocidad. De ahí que aporten todas las garantías a los amantes del deporte –del tipo que sea- que las incorporan a su equipación. 
  • Y la guinda: El revestimiento hidrofóbico exclusivo de Oakley vuelve a las lentes inmunes a la acumulación de humedad. La tecnología antimanchas repele los aceites y las sustancias contaminantes que puedan alterar la visión en el momento álgido de una competición. 
 
Pero el lado científico de las Oakley no está reñido con el diseño. Y en este sentido modelos como las Frogskin –que se alejan de los estrictamente deportivos y aportan un uso ‘más de calle’- tienen mucho que decir. Lo destaca en su web la propia marca: “Las gafas de sol Oakley de la colección Lifestyle protegen tus ojos, y tu imagen”. Un ‘dos en uno’ que hace que sean las gafas de moda… Y si no echa un vistazo a esta ‘pasarela’ de famosos. ¿Necesitas más argumentos? 

La actriz Mary Kate Olsen.
Valentino Rossi tiene su propio diseño.

 

 
 
 
 
 
El piloto francés Jules Bianchi.
Fernando Alonso.











Y si a pesar de este improvisado book de celebrities aún no estáis convencidos del todo, podemos recordaros las palabras de María, del staff de Shed Marks y ‘propietaria’ de unas Oakley, con las que arrancábamos el post de esta semana: “Yo no quiero unas gafas de sol, quiero unas Oakley”. Y ya las tiene. 

 
¡Buen fin de semana a tod@s!